La Dra. Silvia Castañera es médica psiquiatra y legista egresada de la Universidad de Buenos Aires. Cuenta con una extensa experiencia en el ámbito de la medicina laboral y asesoramiento a diferentes campos de conocimiento para el cuidado de la salud mental en el ejercicio de la profesión. En este artículo nos propone una serie de reflexiones para el acompañamiento a estudiantes en el regreso a las aulas.
Volviendo a pensar(nos):
Consejos para el acompañamiento a estudiantes en tiempos de pandemia.
Por Dra. Silvia Castañera
Sabido que el “Saber” es inalcanzable en tanto que, sujeto de deseo, nos lo vedamos nosotros mismos por una inevitable sed de castración y miedos…y porque la subjetividad será el mayor obstáculo para alcanzarlo de modo objetivo.
Sintéticamente, las cosas siempre son según la lente a través de la cual inexorablemente se mire. Cada acto, cada experiencia será subjetiva única e irrepetible.
Dicho esto, una “Pan Denia” resulta ser facilitadora del proceso de integración socio-emocional del de aprendizaje. “Pan”, todo, hace que estemos inmersos en una experiencia o suceso en común como pocas veces en nuestra historia vital.
El mundo todo vive al unísono los aprendizajes que se desencadenan a partir de un virus teniéndonos en vilo.
El conocimiento, la duda, la incertidumbre, el impulso epistemofílico y el miedo entre otros nos ligan en una red social… tramado heterogéneo del cual aprendemos y ante el que nos “mostramos”.
Mostrarse no es tema menor, hace a la enseñanza… “yo te cuento cómo estoy aprehendiendo de mí y los que me rodean.
Es un momento óptimo para desafiar la rutina cotidiana en cualquier ámbito, desempolvar viejas historias y desplumarse de los pre-juicios.
El aprendizaje, ligado profundamente a los afectos requerirá de nosotros más que nunca creatividad y algunas consideraciones particulares para SER tal. A manera sintética puedo sugerir ciertas consideraciones:
Empatizar: nadie puede enseñar si el educando está disperso, o inmerso en vaya a saber qué otro aprendizaje que no sea el nodal que nos convoca, de modo que deje su “delantal” y lejos de un peto acerque su pecho con alma entera a ese “otro”. Ambos se necesitan.
Aborde con simpleza y sea concreto. Nada más perturbador para la concentración y procesos cognitivos que la navegación sin timonel en los mares pandémicos.
Sea líder, no tema colocarse ropa más suelta, des etiquétese, iguálese desde lo asimétrico que nos une a todas las personas y atrévase a ser un muy buen líder positivo. Trabaje con asertividad, sabiéndose firme en lo suyo, pero agradeciendo y valorando más que nunca las opiniones y sugerencias ajenas.
Mantenga al día intercambios sobre temas que fortalezcan al grupo y a los sujetos, esperanza, ánimo positivo, confianza en sí mismo, autoestima, miedo útil, sentimientos de culpabilidad y autorreproche. Usted tiene un conocedor de la mente humana dentro de sí mismo y es hora de acudir a él.
Utilice todo emergente del grupo para dar pie a cierto estilo de enseñanza a la que se sumarán nuevos afectos, opiniones, saberes nunca antes descubiertos… bucee en ellos y comparta la experiencia.
Las personas, todas sin excepción estamos sacando fuerzas para seguir sin entender bien hacia dónde y hasta cuándo caminaremos por tanta dolorosa incertidumbre. Muchos vivimos pérdidas de seres queridos sin poder decir: “Hasta siempre” … ayude desde su lugar al intento de procesar estas cuestiones.
Básicamente reconsidere “los objetivos y la planificación” al servicio de la solidaridad y el verdadero aprender de la experiencia volviendo a pensar.
Busque su canción de cuna preferida y acompaña ante tanta orfandad.
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